
Todo el día ha llovido, algunas calle inundadas, el transito imposible, cuesta tomar un colectivo.
A causa de eso mucha demoras y gente corriendo buscando refugio.
Salgo del trabajo me dirijo a la parada, como rompieron el techo del refugio me pongo debajo del toldo de una panadería que ya esta cerrada.
Allí junto a otras dos personas toda mojada, esperando.
De golpe siento ruido pensé que era algún gato en ese callejón, no di importancia.
De nuevo pero ya no era yo sola, miramos y divisamos entre la lluvia a una parejita joven sentada sobre unos cajones y protejidos por un techito angosto de tejas.

La señora me mira y dice moviendo la cabeza la juventud de ahora ni vale la pena, la quedo mirando y me sonrió.
Pensé huy si que se le olvido sus años de calores, pero no dijo nada guardo silencio, relogie a la pareja me dio ternura, abrazaditos besándose dulcemente, el pasando su mano en su rostro corriendo las gotas de lluvia que la había cubrido.
El colectivo llego, subimos lleno por supuesto me toco estar por unas cuadras sobre el estribo, hasta que logre subir bien y el cerrar la puerta.
Llegue a casa ya desde la puerta de entrada me saque la ropa deje todo allí para no mojar todo peor.
Pero desde mi cuarto venían lamentos y mas lamentos ahora acercándose, era el señorito de la casa Yago, mi gatito callejero y señorito de los caprichitos.
Así que antes de ponerme en la ducha con agua caliente lo atendí a el primero, y después si ya me fui rumbo a ese baño.
Abrí la regadera y ya desnuda bajo la esa agua corriendo por mi cuerpo, recuerdo esa imagen en el callejón.

Mientras el jabón recorría mi cuerpo, imagine que era yo la que estaba allí con un hombre.
Y como en una película la ducha paso a ser lluvia las paredes húmedas y el vapor me llevo a toda esa escena.
Sentada sobre esos cajones besándolo suavemente, lo acerco con mis manos abrazándolo y mordisqueo su labio superior, a lo que el responde, siento sus manos firmes por mi cintura.
Me eleva de allí arrinconándome sobre la pared sus manos ágiles entra en mi blusa desprendiéndola, levanto mi pierna a sus caderas recorre mi cuello, la gotas de agua corren por medio de mis montes erguidos y el bebiendo en ellos.
Desprendo su cinturón y desabrocho su cremallera, el ambiente se enturbiaba con gozos.
El mundo no existía, el era mi mundo allí.
Sus dedos bajan corriendo con gran maestría mi braga, y dándome vuelta.
Mis manos sobre la pared mis piernas abiertas mi cuerpo inclinado apenas.
Sintiendo que ya no era dueña de mi entregada por completo a ese juego de dominación, me posee entrando en mi y la pared el limite, mi rostro en ella y mis uñas rasguñando el revoque, mi boca sedienta mojada por dentro y por fuera.
Su respiración aumentando y demorando cada parte, una mano en mi pecho, y la otra en mi cintura acercándome a el.
La locura de más y más aumenta junto a ello mis gemidos.
Me detengo empujo su cuerpo y me dio vuelta, me sube a el golpeando sexo a sexo.
Esa masa de carne quemando y yo derritiéndome con los más bellos orgasmos.
La embestida sigue y como un toro en su última faena arremeta dando su aliento.
La calma vuelve, regresamos al mundo del resto.
La lluvia mezclada con nuestro placer las bocas unidas, sus manos enredadas en mi cabellera, con la agitación todavía.

Mi imaginación se detiene retorno a lugar, tiempo.
Cierro la ducha, salgo de ella tomo la toalla, comienzo a secar apenas mi cuerpo sintiendo como sigue palpitando todavía todo mi ser.
Limpio el espejo del baño, me observo por un momento.
Pero enseguida escucho unos rasguños en la puerta y ya retomo mi vida por completo.

Tal vez eso pasó después que me fui o solo fueron besos de amor, quien sabe, pero esa noche yo hice una película donde la piel sintió que la lluvia daba vida a cada centímetro de mí.
Espero que les allá gustado, esta es mi película y cual será la tuya…….
Disculpen debo atender al señorito.

